El motor de combustión interna
El
motor de combustión interna (MCI) es un motor térmico que convierte la energía
química de un combustible a energía mecánica. La energía química del
combustible se convierte primero en energía térmica la cual aumenta la
temperatura y presión de los gases que hay dentro del motor, y el gas de alta
presión se expande contra los pistones del motor. Esta expansión provoca el
movimiento lineal del motor que es convertido en rotativo por el cigüeñal a
través de sus conexiones mecánicas. El cigüeñal, a su vez, está conectado a una
transmisión para transmitir la energía mecánica rotativa. Por lo tanto los
motores trabajan de igual forma, ya que esta será la fuente de propulsión para
los automóviles o toda aquella máquina que contenga un motor (camión,
locomotora, buque marino o avión).
La
mayoría de los motores de combustión interna son motores alternativos que
tienen pistones que se alternan hacia adelante y hacia atrás en los cilindros
internamente dentro del motor. Los motores alternativos pueden tener un
cilindro o muchos, hasta 20 o más. Los cilindros se pueden disponer en muchas
formas geométricas diferentes. El desarrollo de motores de combustión interna
modernos ocurrió en la segunda mitad de 1800 y coincidió con el desarrollo del
automóvil. La mayoría de estos primeros vehículos eran prototipos impulsados
por vapor que nunca se convirtieron en vehículos prácticos. Tecnología,
carreteras, materiales y combustibles aún no estaban lo suficientemente
desarrollados para dichos vehículos impulsados por vapor. Ejemplos de motores
térmicos, incluyendo tanto la combustión interna como la combustión externa,
utilizaban polvo de cañón y otros combustibles sólidos, líquidos y gaseosos. El
desarrollo principal de la máquina moderna de vapor y por consiguiente, la
locomotora de ferrocarril ocurrió en la segunda mitad del 1700 y principios de
1800.
Fuentes:
Engineering Fundamentals of the
Internal Combustion Engine, Willard W. Pulkrabek.
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